Cáncer de Cabeza y Cuello
Los tumores de cabeza y cuello se escriben y se nombran de acuerdo con la ubicación original de la enfermedad. Esto puede ser en los labios, boca, nariz, glándulas salivales, senos paranasales, laringe (caja de la voz), nasofaringe, garganta y tráquea.
El consumo de tabaco, incluidos los cigarrillos, los cigarros y el tabaco de mascar, causa la mayoría de los cánceres orales. Este riesgo aumenta significativamente con el consumo excesivo de alcohol. Otros factores de riesgo incluyen el virus del papiloma humano para el cáncer de boca y garganta, antecedentes familiares de cáncer oral y dietas bajas en frutas y nueces. Los síntomas pueden incluir molestias dentro de la boca o labios, sangrado, dientes flojos, dolor de oído, ronquera persistente y dificultad o dolor al tragar, entre otros.
Opciones de tratamiento para el cáncer de cabeza y cuello
El tratamiento depende del tipo de cáncer, su ubicación y etapa, pueden ser la cirugía, radioterapia, quimioterapia, la terapia dirigida o una combinación de ellos.
Radioterapia de tumores de cabeza y cuello
La radioterapia se puede usar como tratamiento primario cuando la cirugía no es una opción, o después de la cirugía para erradicar cualquier célula tumoral que haya quedado. También se aplica en combinación con quimioterapia y terapia dirigida siempre dependerá de la decisión del equipo de especialistas y dependerá de a ubicación del tumor.
Radioterapia para el cáncer de cabeza y cuello
Durante los tratamientos, un dispositivo llamado “colimador de hojas múltiples” dará forma a los haces de radiación individuales para que se “ajusten” a la forma del tumor de acuerdo con los datos e instrucciones que recibe de la computadora del sistema. El equipo utiliza miles de “haces de radiación” desde muchos ángulos diferentes para administrar una dosis única de radiación. La intensidad de los “haces” puede cambiar durante la sesión de tratamiento para modular la dosis, de modo que el tumor reciba una dosis alta de radiación muy precisa, mientras minimiza el daño al tejido circundante normal.
El sistema utilizado está guiado por imágenes permitiendo un sofisticado seguimiento del tumor en tiempo real. Tiene en cuenta los movimientos sutiles durante el tratamiento. Esto evita la irradiación de otros órganos cercanos y minimiza los efectos secundarios no deseados. Dado que el sitio tumoral se puede atacar con mayor precisión, el margen de radiación se puede disminuir. Esto permite al médico radioterapeuta recetar una dosis más alta de radiación al blanco y minimizar la radiación al tejido normal. A medida que avanza la terapia, la tecnología de imágenes del sistema rastrea el tumor en tiempo real y realiza ajustes.
Antes de cada sesión, un técnico especializado ubica al paciente en la mesa de tratamiento con un inmovilizador corporal para una colocación precisa del cuerpo. Se utilizará la guía de imagen para confirmar la ubicación del tumor antes de que comience la terapia. Durante las sesiones de tratamiento, el sistema de administración de radiación girará en torno al paciente, administrando la radiación de acuerdo con el plan establecido por el radioterapeuta. Cada sesión de tratamiento dura de 10 a 30 minutos. Si la radiación es la principal forma de tratamiento, se programan 5 sesiones durante 8 semanas. Si se usa en combinación con la cirugía, el tratamiento dura 6 semanas. Las sesiones no causan dolor y no se requiere sedación, de esta manera el paciente regresa a las actividades diarias de inmediato.